lunes, 29 de diciembre de 2008

la vida sigue...


La pasé bien. La embarrada es que haya sido otro compañero de trabajo, muy compinche del primero, pero me vale hongo lo que piensen, no voy a dejar de hacer lo que quiero por el qué dirán.
Es curioso, pero no hay nada de química entre nosotros, la cosa surgió mas del ser odiosos el uno con el otro y de las cochinaditas que me dijo, que me excitaron (definitivamente no hay remedio). Al día siguiente, a trabajar, todo normal, como si nada, tan tajantes como siempre y en plan de meimportasunpito. Pero si de confesiones oscuras hablamos, seguramente si el tipo se me acercara en plan de teinvitountrago, me quito la ropa...
Lo divertido del asunto es que tenía ganas de irme al otro día para un sitio donde pudiera encontrar una mujer con quien hacer lo mismo, dizque para equilibrar.
Y mas gracioso aún, es que (él) sepa por mi tono de voz, que tengo una nueva historia para contar... de esas.
Las aquellas... ya no importan, tuve rabia al principio y ahora la verdad no me importa lo que hagan, hasta les ayudaría para que se encuentren, aunque reconozco que a veces la diablilla interior me dice que haga cosas que las hagan sentir mal o que me lance a la reconquista, pero para qué?
No tiene sentido porque ya no quiero volver atrás y sólo le haría daño, y definitivamente eso no es lo que deseo, la quiero mucho, es alguien especial e importante, así no esté mas conmigo.

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